“Mi confrontación con la Docencia”
El
presente escrito es una reflexión que me
permite hacer una retrospectiva del cuándo, cómo y por qué me inicié como
maestra y del impacto que ha tenido esa profesión en mi vida.
Me
temblaban las piernas, tenía acelerado el corazón, sin embargo, entré al aula
de quinto semestre grupo “A” aquel 18 de agosto de 2003 y la máscara que adopté
ante aquellos alumnos era de seguridad y control total sobre la situación. En
mi interior no entendía porque ese nerviosismo, si había estudiado para Lic. En
Educación Media, tenía las herramientas necesarias para impartir la asignatura
de matemáticas, conocía los contenidos que iba a impartir, muchas veces expuse
frente a mis compañeros y maestros, realicé prácticas en diferentes escuelas
así como el servicio social, entonces ¿qué pasaba? Ahora lo comprendo, me
estaba enfrentando a la realidad, a la responsabilidad que tenía de transmitir
y enseñar no sólo contenidos temáticos, sino educar para la vida. Eran personas
que estaban casi listas para insertarse en el sector laboral o en un nivel
superior y que mucho de lo que yo aportara como maestra y persona sería de gran
trascendencia para ellos y también para mí.
Después de algunos años, me doy cuenta
que ser maestra es lo que siempre quise ser, tengo vocación y eso propicia que
sea una responsable, honesta con el trabajo que realizo con los estudiantes y
comprometida con su educación, además de que me gusta prepararme
profesionalmente en forma continua, (así como lo sugiere José M. Esteve, que la
identidad profesional se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un periodo de especialización…) que el
camino que elegí desde un inicio fue el indicado, que haber elegido otra
carrera para mí pudo ser frustrante y que es importante compartir conocimientos
a mis alumnos, pero también experiencias de vida de las cuales ellos puedan
aprender.
A
lo largo de mi profesión, he aprendido mucho de los estudiantes, y una de las
cosas más importantes que me han enseñado es a no perder el sentido humano. Día
a día en mi labor docente, sé que trabajo con personas que sienten, que
probablemente presenten problemáticas personales, afectivas, familiares,
sociales, etc., y que sí no pienso en ellos primero como seres humanos,
difícilmente podrán tener actitud para aprender y aplicar un cúmulo de
conocimientos y habilidades en su entorno social que les permitan solucionar
las problemáticas que se les vayan presentando.
“Mi
confrontación con la docencia en el nivel medio superior”
La experiencia que tengo como docente
la he adquirido en el nivel medio superior del subsistema de CECyTES del Estado
de Veracruz.
Ingresar al CECyTEV Plantel “Benito
Juárez” fue un reto desde el momento en que sustenté examen para impartir las
asignaturas de matemáticas. Una vez que me dieron a conocer los resultados del
examen que satisfactoriamente fueron buenos, comencé una travesía que a lo
largo de estos años ha enriquecido mi quehacer educativo.
Enriquecido porque la asistencia a
cursos de actualización constantemente
me han permitido adquirir habilidades intelectuales en cuanto al manejo
de contenidos del Plan de Estudios, desarrollar técnicas didácticas y
estrategias de aprendizaje, además con respecto
de mis alumnos conozco sus costumbres, ideologías y formas de comunicación
ya que son bilingües, hablan español y como lengua materna náhuatl, lo cual
admiro pues en la actualidad se están olvidando las raíces de nuestra cultura.
El Proceso de Enseñanza – Aprendizaje
no ha sido fácil, diversos factores propician que los objetivos planteados no
se cumplan en un 100%. Algunos de ellos como el que los estudiantes carezcan de
conocimientos previos, falta de recursos didácticos, tecnológicos, locales
inadecuados, que los alumnos tengan que caminar hasta dos horas para llegar a
la Institución ya que provienen de comunidades alejadas, incluso la existencia
de una barrera de comunicación con algunos estudiantes porque aunque hablan
español no se pueden expresar adecuadamente o se les dificulta entender las
clases, lo cual en algún momento me provoca ese “malestar docente” referido por
Esteve.
No
obstante como facilitadora del aprendizaje emprendo estrategias para integrar a
los estudiantes que cuentan con dichas problemáticas, trabajando en muchos
casos con alumnos monitores, canalizando a los que lo requieran con su Tutor
grupo y éste a su vez al Departamento de Trabajo Social, busco despertar y mantener el interés así
como el deseo de aprender al establecer relaciones y aplicaciones de las
competencias en su vida, acortando la distancia entre los contenidos y su
realidad.
Las
actividades desarrolladas hasta ahora en el Profordems me han permitido
fomentar la autoevaluación y
coevaluación entre los estudiantes,
utilizo con mayor frecuencia las TIC´s al impartir la materia a través de
diversos Software de Matemáticas, contextualizo los contenidos del plan de
estudios en la vida cotidiana de los estudiantes en mayor intensidad.
Para
finalizar, independientemente de las adversidades a las que me enfrento día a
día sé que mi labor docente es la de ser guía y vale la pena al formar alumnos
competentes que sepan reaccionar y actuar ante cualquier problemática que se
les presente.